Claudia Ramos
Directora de Berkana Colombia y México.
Compartiéndoles mi camino como sanadora…
Vengo de una larga cadena familiar de videntes y sanadores. Desde mis bisabuelos hasta mi padres, la herencia como canales de Luz y seres conscientes y despiertos me ha acompañado, manifestándose en mí desde mi más corta infancia.
Mi camino espiritual comenzó desde el vientre de mi madre y continuó de pequeña. Mis padres me transmitieron con sus enseñanzas y ejemplo, la espiritualidad práctica, expandiendo mi conciencia, abriendo mi intuición y nutriendo mi alma de diversos saberes.
Tuve el privilegio de vivir desde pequeña en comunas espirituales y de desarrollo personal en Canadá y Estados Unidos (Esalem, Ken Keyes, The Emisaries of Divine Light, entre otros), donde experimenté, desde la unidad y el amor, a vivir en sintonía con nuestro ser más profundo y a expresar la sabiduría de mi corazón en alineación con la vida.
A lo largo de mi vida he tenido múltiples experiencias transpersonales y aprendido de diversos maestros espirituales de México, Perú, Colombia, Argentina, Francia, España, Alemania, Austria, Canadá y Estados Unidos, que han encaminado mi potencial como sanadora, consteladora, terapeuta, sacerdotisa, tántrica y como Ser Humano.
Mi formación ha sido enfocada en Sanación con enfoque en la salud de diversas corrientes y he cursado diplomados y talleres enfocados en el ámbito transpersonal, energético, sistémico, transgeneracional, organizacional, corporal, somático, artístico, en danza, hipnoterapia, sonido vibracional, trauma y terapias complementarias.
Desde muy pequeña he tenido siempre la conciencia de saberme un Ser de Luz y una Diosa, que trae como don manifestar la unidad a través del amor y la conciencia divina, y como Misión, el conectar la energía creadora con el corazón.
Estoy consciente que todos somos una luz y un espejo para todos en este camino espiritual y que juntos crecemos y evolucionamos. Con toda mi luz hago testimonio de mi ser en Berkana para compartir la experiencia única del amor y de la conciencia.
Agradezco a mis padres por la vida que me fluyó de ellos y por su infinito amor y enseñanzas; a mi hermana por su presencia amorosa, a mi compañero de camino por su amor, presencia y sabiduría y a mis dos hijos por ser la expresión viva y manifesta del Amor.
En Presencia con mi divinidad,
Claudia.